El origen del Strudel: una historia que viaja desde Oriente hasta Viena

 

La famosa tarta strudel, o Apfelstrudel en su versión más popular, es un postre tan asociado a Austria que muchos piensan que nació directamente en Viena. Sin embargo, su historia es mucho más antigua y compleja: es un dulce fruto de siglos de intercambios culturales, influencias orientales y adaptaciones imperiales.

Los orígenes: del Medio Oriente a Europa

 

El concepto de “masa estirada hasta hacerse casi transparente” tiene raíces en la repostería del Medio Oriente, especialmente en la tradición turca y árabe.
Allí ya existían desde hacía siglos postres elaborados con capas finísimas de masa, como:

Baklava / Börek

Cuando el Imperio Otomano se expandió hacia Europa central entre los siglos XVI y XVII, también llevó consigo su tradición culinaria. Las masas filosas, finas y el arte de estirarlas se introdujeron en los territorios que hoy ocupan Hungría, Austria y los Balcanes.

Primeras influencias en Hungría

 

Los documentos más antiguos que describen preparaciones similares al strudel aparecen en Hungría.
Durante el dominio otomano (1541–1699), la cocina húngara incorporó masas finísimas rellenas de queso, espinacas o frutos secos, consideradas precursoras directas del strudel.

Con el tiempo, estas preparaciones se fueron adaptando al gusto centroeuropeo, dando paso a recetas más suaves y con rellenos dulces.

El nacimiento del Strudel austríaco

 

Tras la retirada otomana y el fortalecimiento del Imperio Austriaco, los cocineros de la corte de los Habsburgo perfeccionaron la receta.

La primera mención escrita del strudel como tal aparece en 1696, en un manuscrito conservado en la Biblioteca de Viena: se trata de un “Milchrahmstrudel” (strudel de crema de leche).
La versión de manzana, que acabaría siendo la más famosa, se popularizó poco después gracias a dos ingredientes que circulaban ampliamente en Europa:

La manzana centroeuropea, abundante y aromática

Las pasas y especias, accesibles gracias al comercio con Oriente

De postre imperial a icono cultural

 

Durante los siglos XVIII y XIX, el strudel se convirtió en un postre habitual de la corte vienesa, junto con otras elaboraciones que formarían parte de la célebre Konditorei austríaca.

Pronto se extendió a:

Alemania, Hungría, República Checa, Eslovenia, Eslovaquia

En cada región adaptaron su relleno: queso, amapola, cerezas, repollo, nueces… pero el Apfelstrudel siguió siendo el favorito.

¿Por qué se considera un postre “de arte”?

 

Porque la masa tradicional debe estirarse hasta volverse tan fina que se pueda leer un periódico a través de ella.
Esta técnica, heredada de la masa filo oriental, es parte esencial de la tradición del strudel y exige paciencia, habilidad y precisión.


Resumen

 

El strudel no nació en Austria, sino que es el resultado de:

Técnicas orientales (masa filo)Influencias otomanas en Europa centralAdaptaciones húngarasPerfeccionamiento austríaco bajo los Habsburgo

Hoy es uno de los postres europeos más queridos, símbolo de tradición, técnica y historia compartida.

 

 

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